Bolleras contra las violencias machistas

Este 25 de noviembre, Día Internacional por la Eliminación de las Violencias contra las Mujeres, queremos denunciar las violencias específicas que vivimos las bolleras. Porque toda forma de lesbofobia es violencia machista.

Violencia es la heterosexualidad obligatoria y el alto precio que pagamos por romper con las expectativas que el sistema heteropatriarcal tiene sobre nuestras vidas, nuestros cuerpos y nuestros deseos.

Violencia es nuestra invisibilización y el olvido premeditado de nuestras existencias, genealogías, prácticas y discursos.

Violencia es un sistema sanitario coitocentrista y heteronormativo que no tiene en cuenta nuestras prácticas sexuales (sin formación relativa a las ITS y al sexo seguro) ni nuestras necesidades reproductivas (obligándonos a cumplir requisitos legales burocráticos que atentan gravemente contra nuestros derechos de igualdad e intimidad). Un sistema de salud que nos obliga a salir del armario constantemente, colocándonos en situaciones de vulnerabilidad que no todas podemos afrontar.

Violencia es un sistema educativo lesbófobo que nos despoja de referentes visibles y cercanos, que permite que la Iglesia se inmiscuya en los planes de estudio y que no contempla la diversidad en la educación afectiva-sexual.

Violencia es el modelo único de lesbianas que se reproduce en los medios que nos obliga a escoger entre la nada, la ridiculización, la hipersexualización o el modelo colonial y cisheteronormativo de la buena lesbiana.

Violencia es la plumofobia que cuestiona e hipersexualiza a la pluma femme, que castiga y violenta a la pluma butch. Nuestros cuerpos femmes y nuestros cuerpos marimachos no necesitan de la mirada heterosexista que pretende uniformarnos y controlarnos para el beneficio masculino.

Violencia es la transfobia y la transmisoginia que sufren nuestras compañeras trans bolleras, las personas no binarias y les compes que se identifican dentro del espectro de las masculinidades bolleras. Denunciamos, una vez más, a aquellas mujeres que intenta expulsar a nuestras compañeras trans de nuestros espacios en nombre del feminismo y de las lesbianas.

Violencia es la lesbofobia en el entorno laboral. No queremos volver a los armarios que nos asfixian, tampoco en nuestros lugares de trabajo.

Violencia son las agresiones lesbófobas en el espacio público, tanto la violencia física como las miradas indiscretas, de odio, de asco, en aumento por los discursos de odio instalados en las instituciones y legitimados en los medios: SOIS CÓMPLICES DE CADA UNA DE ESAS AGRESIONES.

Todas estas formas de violencia se cruzan con otras formas de opresión: el clasismo, el racismo, el capacitismo, la ruralfobia, la transfobia.

Queremos gritar este 25 de noviembre para recordarle al mundo a nuestras compañeras que si no somos todas libres, no lo será ninguna.

En lucha por la eliminación de las violencias machistas.

«Lesbiana es una declaración de guerra y de amistad con el mundo, desde esa misteriosa intimidad de formas de vida que nacen, explotan y desaparecen en el lenguaje sin casi dejar sus huellas en el registro de la gran memoria del tiempo y que son, sin embargo, imprescindibles en su rítmica insistencia por la justicia». Val Flores